Mi poesía y mi pintura tienen dos puntos en común: la búsqueda del misterio a través de todas mis vivencias, y la plasmación de los amados paisajes y sus personajes. En la una, suenan como voces lejanas que hablan y recuerdan cosas y heredades perdidas; en la otra están, presentes, destejidos sus huesos por los aromas...
Romilio Ribero, Córdoba, 1974

martes, 22 de febrero de 2011

Libro de las hechiceras y los matrimonios - 1964





  CUANDO HABLO DE LAS HECHICERAS

Es más bello que el espiritista de la espuma, es más
            melancólico que ciudades sin fuego nimemoria donde
            yacen amantes del diluvio.
Es más certero que el sangriento hierro que entrelaza serpientes
           degolladas para hechizar a todos los testigos.
Es más cierto que estar sin las honras del viento entre amenazadoras
           estirpes de lso libros, entre las jerarquías de las mujeres-flores
           y las mujeres-lechos.
Es más exacto que hablar del agua conjurada que no vuelve del
           cielo por catorce veranos y que oye desprenderse en su
           ardoroso vientre los hijos de las lianas como los astros
           crueles del gemido.
Es más flagrante que confiarse a unos labios de las vegetaciones
           que retuercen el trópico con las aves carnívoras y los
           negros corales del perfume.

¡Mundos, mundos abiertos para mí, allá donde encontré las 
cabelleras de los inextinguibles príncipes del desierto!

Y todo igual al desolado aeda que gira desvestido de fragancias
           hasta que escuche cómo el viento de oro devora sus imperios!

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